El presidente Obama dijo: “Hay momentos de la historia en los que, porque las cosas hayan sido iguales en el pasado, no tienen por qué serlo en el futuro”.

Por Roberto Gutiérrez Castañeda

Mark Zuckerberg director de Facebook anunció hace pocos días la creación de Metaverso “porque Facebook no describe bien lo que la empresa hace”. Metaverso se trata de un universo en el que personas conviven e intercambian de una manera digital.

“Lo podría definir como un grupo de espacios digitales que incluye experiencias 3D, inmersivas, realidad virtual, realidad aumentada, entre otros, que están interconectados. Entonces uno se puede mover por estos espacios como si uno estuviese caminando” dijo Juan Pablo Consuegra, director de Meta para el área Andina.

Muchos de los que se enteraron de esta noticia pensarán que ella nada tiene que ver de manera análoga o contraria con la realidad colombiana; pero en el trasfondo de su aplicación la política gubernamental y las prácticas de los partidos políticos se sumergen en la noción de la visión del Metaverso o universo ficticio como también se conoce.

El lanzamiento de Meta y su definición que coincide con la ola de escándalos que sacude a su empresa insignia, Facebook, por la violación de las normas éticas y comerciales que la hacen sujeto de investigación penal en Estados Unidos y universal repudio social, fue planeado para desviar la atención de este mayúsculo descalabro.

Política semejante utiliza el gobierno central actual, inventa, propone, miente descaradamente cada vez que, con más frecuencia, comete un desafuero por si o por uno de sus miembros, cuando incumple una promesa, cuando lo visitan organismos internacionales o actúa en el exterior y lo hace con tal desfachatez y desparpajo que nos hace pensar que ha perdido la vergüenza y la dignidad por el cargo.  

Cuando a raíz de las protestas  por las impopulares medidas que en contubernio con el desprestigiado y corrupto congreso quiso imponer de manera solapada y subrepticia cosechó la mayor repulsa que gobierno alguno haya experimentado en las últimas décadas, difundió por la televisión nacional en horario triple A información sobre el hackeo a la plataforma del Ministerio de Defensa por parte de fuerzas subversivas para, de esa manera, desprestigiar la protesta popular e inculcar miedo en la  población; el falso anuncio costó al erario la suma de un billón de pesos, en un estado que se queja de iliquidez cuando se trata de satisfacer las necesidades básicas de la población. Posteriormente el ministro de Defensa en una muestra de desprecio de la capacidad intelectual y de raciocinio del pueblo colombiano nos dijo que esa era una misión pedagógica del gobierno para desanalfabetizarnos en materia de seguridad. En la cumbre de protección ambiental realizada en Glasgow, Escocia, llamada COP 26, el gobierno nacional se presentó como especie de Cid Campeador defensor de la naturaleza y el medio ambiente con la consigna de sembrar 180 millones de árboles en lo que queda de mandato, cifra y empeño irrealizable en el tiempo pero, por la costumbre de mentir, no mide la dimensión de las propuestas; para sembrar 180 millones de árboles en  10 meses se necesita sembrar 18 millones de árboles por mes, 600 mil por día, 25 por hora. Todavía deben estar riéndose de tamaño adefesio los asistentes al evento ante la propuesta del que, presentándose como defensor de la naturaleza, no supo presentar ante el congreso el tratado de Escandú que él mismo firmó y que como todas las promesa que hace, no estaba dispuesto a refrendar, y sólo se decidió a hacerlo horas antes de su viaje a Escocia pero conocedor de la condición de sus congreso no fue con mensaje de urgencia; el mismo defensor de la naturaleza que privilegia el fracking, la aspersión con glifosato, la minería extractivista con licencia para explotar cobre en La Jagua (Guajira) y Quebradona en Antioquia, la colonización del páramo de Santurbán, etc.

Todo esto que parece fábula es posible porque el gobierno ejecutivo vive en un mundo como el planteado por Zuckerberg donde la realidad fáctica es suplantada por la realidad virtual “un grupo de espacios digitales, realidad aumentada” donde “uno se puede mover por espacios como si uno estuviera caminando”.

Parece ser que el presidente Duque, como su alter ego el expresidente Gaviria quién también vive en la realidad virtual en la que ha convertido al Partido Liberal en un guiñapo mendicante, nos estuviera diciendo irónicamente: Bienvenidos al futuro¡!