La partida de Olga María Pugliesse Sánchez de Ariza deja un gran vacío en el seno de las familias Pugliesse Sánchez y Ariza Pugliesse.

Fue el 8 de octubre de 202, cuando su espíritu cumplió con la cita ineludible, cuando ligera de cargas, ella emprendió el viaje final, hacia la mansión del Padre Celestial.

En esa morada, Olga María estará por siempre con sus abuelos, padres y hermanas, que le antecedieron en la partida.

Hija de don Miguel Pugliesse Ciuonti y doña Evelina Sánchez, era la tercera entre sus hermanos Inmaculada, Rina, Miguel Vicente, Zamira y Fátima Pugliese Sánchez.

Esta dama, de grandes valores morales, de elegante figura y finos modales, -de descendencia italiana por línea paterna-, era una ferviente creyente de ‘La Vieja Mello’, patrona de Riohacha, la tierra donde sus ojos se abrieron a la vida, por primera vez.

Después de un noviazgo que inició desde sus 15 años, Olga María contrajo nupcias con el odontólogo y escultor monumental, Amilkar Ariza Gómez, con quien además de compartir su vida durante 56 años, también tenia en común, su origen riohachero.

Olga María Pugliesse de Ariza era miembro de una tradicional y reconocida  familia riohachera, y año tras año se trasladaba desde la capital del país, -lugar donde tenia fijada su residencia-, para visitar a sus familiares y asistir a las celebraciones del 2 de febrero, Día de La Virgen De Los Remedios, fecha que se convertía en un motivo para que los miembros de las familias guajiras, que se encuentran dispersas en diferentes ciudades de Colombia y otros países del mundo, se reunieran en confraternidad.

La pareja, -que tenia su residencia en Bogotá-, fue ejemplo de amor, union y devoción cristiana para sus hijos Amilkar Rafael, Luis Fernando, Ricardo Mario y Ana María Ariza Pugliesse.

Paz en su tumba