Por Abel Medina Sierra

Acuciosa, diligente y comprometida con su rol se ha visto a la nueva gobernadora Diala Wilches Cortina, hija de mi compañero de trabajo Yesid y mi ex alumna Sarly. Esas cualidades, esperamos los cultores y gestores, también las ponga al servicio de las artes y la cultura, porque (y no sé si ella lo sepa), la casa Deluque que ha sido responsable de gobernar este cuatrienio, ha sido vergonzosamente mezquino, negligente y lesivo para este sector. Le toca a usted, señora gobernadora, “salvar la patria” en lo que queda de este gobierno.

Para ponerla al tanto, las siguientes píldoras.  Nemesio Roys quiso asestarle un gran golpe a la institucionalidad cultural liquidando la Dirección departamental de cultura, la oposición de los cultores le hizo desistir. Pero, el golpe llegó por otro lado. Derogó la ordenanza 023 y la remplazó por la 509 en el 2020, la que define el monto de recursos que el Departamento transfiere al Fondo Mixto de cultura de La Guajira. La anterior fijaba taxativamente que debía ser mil quinientos salarios mínimos por año. Roys Garzón logró que fuera “hasta 1500”, lo que deja el campo abierto para que cualquier gobernador recorte tales aportes y deje “descuadrado” al Fondo Mixto.

 Pero, en el desayuno se sabe cómo va a ser el almuerzo. Y este vino con la aprobación de la Asamblea Departamental ese mismo año de la ordenanza 512 para el acogimiento a la ley 550. Allí, se le asestó el más duro golpe a la cultura después que Jorge Pérez liquidara el Instituto de Cultura y la Banda Departamental, la pignoración de los recursos de estampilla pro cultura de nada menos que el 20% durante los años 2022 y 2023. A partir del 2024 y hasta el 2030, sube al 30%.  Esto es llevar la casi exclusiva fuente de financiación de la cultura y las artes a sus mínimos presupuestales. Estos recursos ya vienen con descuentos obligatorios como el 20% que se va para el pasivo pensional del Departamento, un 10% para los BEPS de cultura, otro 10% para la red de bibliotecas. Si echamos calculadora, si antes el recaudo de la estampilla pro cultura podía llegar a unos mil millones de pesos, de los cuales unos 600 se usaban para financiar procesos culturales y artísticos. Con la ley 550 llegó a algo más de 200 millones el año pasado. Algo así como la cuarta parte de lo que municipios como Riohacha destina al sector.  

Lo anterior ha llevado a una verdadera parálisis institucional de la Dirección departamental de cultura que no ha tenido nada importante que mostrar en estos más de tres años. Como ya el Departamento no cuenta casi con recursos para cultura, lo que está haciendo es quitarle al Fondo Mixto. Una reciente investigación periodística reveló que el Departamento, cada año se está quedando con recursos de ordenanza del Fondo Mixto para financiar festivales del sur de La Guajira, como pasó el año anterior con el Festival cuna de acordeones. Se trata de una práctica tramposa con implicaciones disciplinarias, incluso. Pondremos la lupa sobre esto.

Los gobernadores, doctora Wilches, deben más bien buscar otras fuentes de ingreso que hagan crecer al Fondo Mixto, no quitarle lo poco que reciben. Si ya el Departamento no cuenta con los casi 3 mil millones que antes destinaba para cultura manejados desde la Dirección de cultura y que se usaban, en gran parte para financiar festivales, debe buscarlos por otra parte, no debilitando los programas institucionales del Fondo Mixto. Una foto reciente nos augura que otra vez, la Gobernación va tras los recursos del Fondo Mixto para financiar el festival del pueblo de José Jaime Vega.

Por otra parte, con la excusa de una restauración locativa del Palacio de la marina, poco a poco, la Gobernación se fue tomando el Centro cultural, convertido ahora en un apéndice administrativo del Departamento. Los pocos espacios que había para la administración, gestión y fomento de la cultura, con este gobierno se han minimizado porque para los gobernadores el Centro cultural es de ellos y han comenzado a cooptar todas oficinas con sus funcionarios.

A fines del año pasado, ante un plantón de cultores, el entonces gobernador encargado, José Jaime Vega, prometió una reunión con el Consejo departamental de cultura para priorizar unas necesidades y formular un proyecto Ocad que permitiera cerrar este gobierno con alguna respuesta a las expectativas del sector. Nunca se dio la reunión. Creo que este debe ser el punto de partida para que usted, doctora Wilches, comience a escribir una historia más digna y justa para un sector que solo ha recibido golpes e indiferencia de quienes han pasado por la gobernación en este periodo.  Hágalo porque la cosa está que explota, sea propositiva y no reactiva.