Hasta el momento, no hay acercamientos entre la empresa y el Sindicato Sintracarbón.

La huelga se inició el 30 de agosto, luego de más de 100 días de diálogo entre las partes, en el proceso de negociación del pliego de peticiones laborales de la convención colectiva de trabajo que se renueva por lo menos, cada dos años.

Para la empresa, el negocio del carbón ha entrado en una etapa de crisis que implica adaptación y reajustes en su operación, aspectos que quedaron plasmados en la propuesta presentada al grueso de los trabajadores en el proceso de arreglo directo.

Sin embargo, para el Sindicato Sintracarbón, la propuesta de la empresa, más que un reajuste a las condiciones actuales, significa la pérdida de logros sindicales, de beneficios que han adquirido durante varios años y sobre los cuales no debería existir ningún tipo de negociación que tienda a desmejorar las condiciones de los trabajadores.

Entre ellos, se encuentra la implementación de un nuevo turno, que según la masa laboral, los llevaría a perder más de 1.500 empleos entre directos e indirectos, mientras que la presidenta de la empresa, reconoció recientemente que serían entre 600 y 700 personas las que dejarían de laborar.

Con ese punto en desacuerdo, la huelga avanza, generando condiciones de incertidumbre laboral y económica a más de 4 mil hogares guajiros y reducción en recursos en la economía local y en los presupuestos del Estado por cuenta de la falta de generación de regalías.