Por Delia Bolaño Ipuana

Los colombianos ya han elegido a su presidente y su vicepresidenta, quienes tienen la responsabilidad de dirigir los senderos del país por cuatro años, su nuevo presidente, Gustavo Petro Urrego, un costeño como cualquier colombiano que tiene un sueño, lucha por él, lo persiste y lo logra, como presidente del pueblo, de los jóvenes, de la clase obrera, de los maestros, del humilde, de los grupos étnicos, que fue o no fue, ahora, cuenta lo que es, en lo que se ha convertido, en lo que ha demostrado a todos los colombianos, un ejemplo claro y transparente del que se lo cree, lucha y persevera, lo alcanza, pese a todos los señalamientos y acusaciones, ahí está, un hijo de Colombia como cualquiera de los que están leyendo esta columna, esto indica que estamos superando los traumas del pasado, que él, o cualquiera tiene derecho de reparar y participar de actos y acción en pro al beneficio del país que ama. Petro, presidente electo, ha demostrado con estas elecciones presidenciales, que él ama a Colombia, tiene entrega y deseo de dar lo mejor de sí, lo puede lograr, otra parte de Colombia hoy tiene las oportunidades de tener la representación de los tales llamados grupos minoría, a los nadie, que bien.

En el caso de La Guajira tenemos a dos grandes mujeres wayuu en el Congreso, que sabemos se harán sentir en gestión por la tierra que ha sido abusada y olvidada, la senadora Martha Peralta y la representante Carmen Ramírez Boscán, que alegría para las mujeres guajiras que se tenga representación nacional en el gobierno.

Por otra parte Colombia por primera vez en la historia tiene como vicepresidente a una dama afro, étnica, del común, de apellido como el de cual-quier colombiano que antes no tenía esa oportunidad de demostrar que cuando se ama, se quiere, se alcan-za. Otro ejemplo claro y transparente el de Francia Márquez, una mujer que nace en esta tierra sin posibilidad de nada y que luego de años de lucha por fin hay muchos cupos para quienes no tenían esa posibilidad de ser, a los que llamaron nadie, y que se demuestra con estas elecciones que todos en Colombia somos y valemos para nuestra tierra que en un momento fue de olvido y que sin diferencias se empieza a escribir una historia de paz, de un pacto por la vida, la igualdad y que por fin se cumplan las leyes en Colombia, la cual gritaba libertad.

La otra parte de Colombia sonríe, ya era hora, los maestros por fin tendrán la posibilidad de enseñar bajo su condición, se acabó el condicionamiento de los que tenían el poder, se preparan más para no defraudar al país, para dar lo mejor a los niños y jóvenes colombianos, educaron con la pedagogía del amor por que no se puede dejar al presidente solo, la educación, la salud deben ser bandera para un país que gritaba libertad y ahora que se tiene se debe sostener.