Por Cristina Plazas M.
Son varias las columnas que he dedicado a los partidos políticos y a sus dirigentes. Advertí durante meses que la lucha contra la corrupción que tanto pregonan eran promesas populistas y que estaba segura de que, a la hora de conformar las listas al congreso, el bienestar de los colombianos no iba a primar. Pues bien, dicho y hecho, los partidos antepusieron los votos de los corruptos a cambiar el rumbo del país. Aquí unos pocos ejemplos que simbolizan de lo que están hechos los partidos.
Cambio Radical: El partido que avala a quienes se roban los recursos de los niños. Hace 4 años advertimos de las irregularidades en que había incurrido Didier Lobo en los contratos de alimentación de los niños y madres gestantes; hicieron caso omiso y lo llevaron al senado. Hoy con sanción en mano de la Procuraduría lo incluyen nuevamente. ¡Sin vergüenzas! Y para no ir mas lejos, este partido apoya al clan González Villa del Huila avalando al exgobernador Carlos Julio González que tiene cinco procesos penales abiertos en la Corte Suprema; y hermano de la condenada Cielo González, esposa del zar del PAE, Germán Trujillo.
La U: Una vez más le da una bofetada al país llevando en la lista al senado al hermano del Ñoño Elías, Julio Elías Vidal; y al hermano de Musa Besaile, John Besaile. En la lista a la cámara por Cundinamarca, avalaron a Diego Caicedo, hijo del excongresista José Edilberto Caicedo, a quien en junio pasado la Corte Suprema de Justicia le profirió orden de captura por delitos de corrupción cuando fue alcalde de Zipaquirá. Pareciera que, para integrar las listas de este partido, ser corrupto diera la más alta puntuación. Conservador: En este juego sucio no podía quedarse por fuera quien llevara el legado de Aida Merlano. Este partido le concedió un renglón a Adriana Blanco quien manejó la campaña de Merlano al Senado. En 2019, La Corte Suprema compulsó copias a la Fiscalía por su presunta participación en el entramado de corrupción. Será fórmula del polémico senador Laureano Acuña quien se encuentra también investigado por la Corte Suprema por los mismos hechos.
Centro Democrático: El clan de los Aguilar no lo podían dejar por fuera los partidos tradicionales, menos siendo los dueños de la gran repartija del departamento de Santander. El CD incluyó a la esposa de Edwin Ballesteros, quien tuvo que renunciar a la cámara por su presunta participación en una red de corrupción que direccionaba contratos para la obtención de coimas, hechos que también tienen privado de la libertad al exgobernador y exsenador Richard Aguilar.
Liberal: Quedó demostrado que su supuesta lucha por un país mejor, de oportunidades y de igualdad era solo un libreto y que en realidad poco o nada les importa las zonas más pobres de Colombia. Este partido avaló a dos de los que hacen parte del grupo llamado “los embilletados” en el Chocó, responsables en gran parte de la miseria y de la crisis de la salud que vive este departamento. Estos son Nilton Córdoba y Jhoany Carlos Palacios.
Los partidos que han prometido el cambio no se quedan atrás. Resultaron con las mismas prácticas de lo que tanto han criticado. Veamos:
Verdes: Este partido también le dio la espalda a la infancia y a la juventud avalando a Nelson Alarcón, presidente de Fecode, uno de los responsables de que 2.8 millones de niños no hayan regresado a la escuela. El portal de La Silla Vacía también dio a conocer que el polémico exgobernador de Bolívar Luis Daniel Vargas, cercano a Enlice López “La Gata”, se inscribió por esta colectividad. Incluyeron también a León Fredy Muñoz Lopera, llamado a juicio por narcotráfico por la Corte Suprema.
Pacto Histórico: Gustavo Petro prometió en varias ocasiones que en su lista no entrarían individuos relacionados directa o indirectamente con las prácticas delictivas que han desfalcado el erario del país o que han fortalecido el conflicto y la violencia. Todas esas promesas quedaron en letra muerta avalando a varios políticos, como Roy Barreras, que durante años lo señaló de robar la salud; a Piedad Córdoba fiel seguidora del régimen de Maduro y de las FARC; y a Sandra Villadiego, esposa y heredera del legado político de Miguel Ángel Rangel, excongresista condenado por parapolítica por sus alianzas políticas con Jorge 40, Salvatore Mancuso y Ernesto Báez.
No niego que haya personas valiosas en cada una de las listas. Pero con ese argumento siempre nos conformamos y seguimos apoyando a los partidos que sin pudor avalan a lo peor de la clase política colombiana. Demos por hecho que tendremos el congreso que nos merecemos, conformado mayoritariamente por bandidos y criminales que se han robado el erario y matado a miles de colombianos con sus acciones.
¿Será que llegó la hora de reconocer que los partidos se convirtieron en organizaciones criminales?