Por Luis Mora Domínguez

Luego de analizar minuciosamente el documento de la Rendición de Cuentas que presentó recientemente el actual alcalde de la capital del departamento de La Guajira, se puede concluir que seguimos en las mismas. Lo único que ha cambiado es el nombre de la ciudad, antes era Riohacha y ahora ostenta el rimbombante nombre de Distrito Especial Turístico y Cultural de Riohacha.

Dicho documento presenta cifras de miles de millones en inversiones gaseosas y ninguna obra material que represente el desarrollo urbanístico y económico para sus habitantes.

Dentro de la Rendición de Cuentas se incluyen proyectos como el de la avenida Francisco el Hombre, que aquí y ahora no es más eso, un proyecto el cual no tiene definido de donde saldrán los recursos para su ejecución.

Hace tiempo se habló de la construcción o reconstrucción del puente sobre el rio Ranchería, o Riito, como lo conocemos los residentes en esta ciudad, pero a la postre esa obra quedó como muchas otras en noticias anunciadas en palabras…

Obras importantes y necesarias como la nueva Terminal de Transportes Intermunicipal, el matadero público, la cárcel y la construcción de avenidas siguen siendo una utopía de muchos riohacheros.

Servicios como acueducto, alcantarillado, alumbrado público y electricidad dejan mucho que desear, aunque hay que reconocer que en materia de acueducto y alcantarillado desde hace varios años se ha avanzado un poco.

El balance del señor alcalde José Ramiro Bermúdez Cotes, incluye obras como la construcción de un parque en el barrio Las Tunas, trabajo que beneficia a un sector del sur de la ciudad, pero que no enmarca, NO CALIFICA como una ejecución de envergadura para impulsar el desarrollo de una de las ciudades más antiguas de América

A muchos se les ha olvidado – incluyendo a los miembros del actual gobierno de Riohacha- que la capital de La Guajira, adolece, necesita desde hace muchos años una laguna de oxidación o cualquier método para el procesamiento de las aguas residuales o servidas. También al parecer se olvidó que hace muchos años se votó una millonaria suma de dinero, para que el entonces contratista iniciara ese trabajo, el cual nunca se ha llevado a cabo y los dineros, recursos de la gobernación y de la alcaldía, no han sido reintegrados a las arcas gubernamentales.

En materia de seguridad, pese a que según el alcalde se ha disminuido el número de casos delincuenciales, la percepción de los habitantes de la ciudad es que cada día andamos peor, la gente no se siente segura ni en el interior de sus casas y mucho menos en las calles donde son víctimas del fleteo, del robo de celulares y hasta del homicidio.

Sería importante que el burgomaestre riohachero, reflexionara sobre como impulsar al menos una de estas obras en el resto de tiempo que le queda en el gobierno, para que al final de su gobierno presente orgulloso en su balance de gestión, una obra de envergadura que en verdad cambie la historia de Riohacha.

Mientras nuestros alcaldes continúen atomizando el presupuesto en pequeñas obras, que le dan contentillo a unos pocos, definitivamente Riohacha seguirá en las mismas.