Un rayo seco provocó el desastre que destruyó ocho establecimientos entre restaurantes y hoteles.

La conflagración se produjo por la caída de un rayo en un kiosco de palma en uno de los hostales de la zona nororiental, conocida como Los Barrancones, a la orilla del mar Caribe.

Las llamas se expandieron rápidamente hasta amenazar una de las más grandes estructuras turísticas de la zona, que colinda con uno de los sectores más vulnerables de la población.

El balance preliminar del incendio es de ocho establecimientos comerciales, entre restaurantes y hostales, con pérdida total de sus estructuras producto del fuego.

El incidente, que por fortuna no dejó lesionados, desnudó las deficiencias del Comité de Gestión del Riesgo del municipio. El cuerpo de Bomberos de la población llegó procedente de Mingueo,  al lugar de los hechos, luego de una hora y media del llamado de la comunidad, con agua insuficiente para atender la emergencia.

Los mismos habitantes del casco urbano, armados con baldes y toda suerte de recipientes, permanecieron por más de dos horas intentando controlar las llamas, aun cuando estaba presente la máquina del cuerpo de bomberos.

En medio de la emergencia, desadaptados aprovecharon el caos para saquear los electrodomésticos de algunos hostales que no fueron alcanzados en su totalidad por el fuego.

Hasta el momento se desconoce el balance económico de las pérdidas que deja el incendio, que recordó a los dibulleros, una tragedia similar, ocurrida hace 30 años y que devastó la entonces emergente zona turística del noroccidente de Dibulla.

La conflagración se produjo por la caída de un rayo en un kiosco de palma en uno de los hostales de la zona nororiental, conocida como Los Barrancones, a la orilla del mar Caribe.

Las llamas se expandieron rápidamente hasta amenazar una de las más grandes estructuras turísticas de la zona, que colinda con uno de los sectores más vulnerables de la población.

El balance preliminar del incendio es de ocho establecimientos comerciales, entre restaurantes y hostales, con pérdida total de sus estructuras producto del fuego.

El incidente, que por fortuna no dejó lesionados, desnudó las deficiencias del Comité de Gestión del Riesgo del municipio. El cuerpo de Bomberos de la población llegó procedente de Mingueo,  al lugar de los hechos, luego de una hora y media del llamado de la comunidad, con agua insuficiente para atender la emergencia.

Los mismos habitantes del casco urbano, armados con baldes y toda suerte de recipientes, permanecieron por más de dos horas intentando controlar las llamas, aun cuando estaba presente la máquina del cuerpo de bomberos.

En medio de la emergencia, desadaptados aprovecharon el caos para saquear los electrodomésticos de algunos hostales que no fueron alcanzados en su totalidad por el fuego.

Hasta el momento se desconoce el balance económico de las pérdidas que deja el incendio, que recordó a los dibulleros, una tragedia similar, ocurrida hace 30 años y que devastó la entonces emergente zona turística del noroccidente de Dibulla.