Con motivo de cumplirse hoy 65 años de los inicios de la radiodifusión en La Guajira, reproducimos de nuestros archivos una columna publicada hace 40 años por la periodista Dilia Rosa Gnecco de Daza en el periódico Causa Guajira.
Por Dilia Rosa Gnecco de Daza
El pasado 15 de enero se cumplieron 25 años de haberse fundado la primera emisora guajira, que se denominó ‘Ondas de Riohacha’. Era de propiedad de Leonidas Ocando Valdeblánquez, hombre emprendedor de recio espíritu público, padre amoroso y buen amigo.
Comenzó Ondas de Riohacha con el nombre de la ‘La Voz del Comercio’. Se trataba de un micrófono instalado en la segunda planta de la Casa Azul, lugar donde el señor Leonidas Ocando, tenía su almacén y desde donde se divulgaban las noticias de toda índole en esa época en la ciudad de Riohacha.
Este hombre que tuvo en su interior un deseo de superación incomparable, fue concibiendo poco a poco la idea de “dotar a Riohacha de algo mejor”, decía él. Quería una emisora “que estuviera a la altura de Santa Marta y Barranquilla”. Me parece que aún escucho el eco de su voz cuando comentaba su idea con aquel gran hijo de Riohacha el Dr. Rodolfo Daníes, quien lo alentó en todo momento en esta empresa y quien estuvo siempre al frente de esta obra que a través de los años se ha convertido en una vasta línea de difusión dentro y fuera del departamento, hoy con el nombre de Radio Almirante.
Leonidas Ocando Valdeblanquez venció dificultades, venció obstáculos de toda índole y al fin después de muchos sacrificios el 15 de enero de 1956 nació una nueva hija para la radiodifusión costeña como se bautizó en aquella época a Ondas de Riohacha. Era la hija menor de la radio costeña que había nacido gracias a la tesonera labor de ese hombre de mediana estatura, de este hijo del pueblo, que sin tener más ayuda que su constancia y decisión había logrado fundar la primera emisora guajira.
Entre sus colaboradores recuerdo a Moisés L. Campo, Ana Redondo, Nevia Correa, Edinson Hernández, Gregorio Matos Núñez, Rodrigo Ahumada, Cecil Alfonso Pardo y algunos que se me escapan y quienes en mi compañía también lo alentaron y quienes con Leonidas Ocando Valdeblánquez a la cabeza logramos al fin que Ondas Riohacha cumpliera con el deseo de su dueño: una emisora seria, responsable y ajena a todo tipo de intrigas.
Pero, desafortunadamente, el destino había marcado ya su sino y el 17 de febrero de 1.956, un mes después, moría Leonidas Ocando Valdeblanquez, víctima de un fulminante ataque cardíaco. Moría pero su obra quedaba perenne como recuerdo de su tenacidad y optimismo, moría pero quedaba Ondas de Riohacha como un recuerdo de él, quedaba Ondas de Riohacha como un estímulo y ejemplo para las futuras generaciones que desconocen esta obra, pero que al leer estas líneas seguro que sentirán aprecio hacia Leonidas Ocando Valdeblanquez, no en vano llamado en esa época “El Padre de la tadiodifusión guajira”, y para quien hoy, uniéndome a sus amigos, pido un recuerdo y un reconocimiento a su labor por parte de los nuevos agentes de la radio en la península guajira. Paz a su tumba….!