Por Ignacio Epinayu Pushaina
Pasaron dos años desde el asesinato del periodista Gabriel Gracia en manos de atracadores en la vía al Cabo de la vela, jurisdicción de Uribia, y ahora nos enteramos que un carro recibió seis disparos que tiene a un niño y un adulto heridos.
Son diarios los actos de sicariato, robo, asaltos a locales comerciales y las autoridades, más pendientes de anuncios y comunicaciones, no salen a asumir su responsabilidad por la falta de una estrategia de seguridad en La Guajira.
Los guajiros, especialmente los wayuu (o chinitos o como nos quieran llamar), somos gente amable, respetuosa y hospitalaria. No atracamos ni robamos, pero también sabemos que hay indígenas implicados en actos delictivos.
Las autoridades preocupadas por lo mediático, pudieron facilitar consultas previas con multinacionales, pero son incapaces de dialogar con los dueños de los territorios para garantizar la seguridad de visitantes y turistas.
Así como garantizan la seguridad de aerogeneradores, inversionistas y políticos aliados, las autoridades deben brindar garantías a visitantes y turistas. Y los dueños de los territorios son aliados importantes en este propósito.