Las necesidades apremiantes de La Guajira deben exigirse sin miedo y sin hacer apología a la mendicidad por todo lo que el departamento le aporta a la economía colombiana.

Por Misael Velásquez

No debemos cometer los mismos errores, pero antes de conectar esta frase es necesario recordar que la economía primaria de La Guajira, tiene como base principal la producción de carbón y de gas, y en un futuro cercano las energías limpias.

El mundo exige en el proceso de transición energética acelerar el paso, pero en ese trayecto, indiscutiblemente, no se puede desaprovechar que mientras exista la explotación minera se debe ampliar el beneficio de crecimiento irradiándolo con el entorno local y vinculándose a través de encadenamientos productivos a otros sectores, de manera que se propicie una base económica diversificada y sustentable, como el turismo, la pesca, la agricultura, transporte, conectividad vial, férrea, marítima y aérea.
Todas estas apuestas pasan a segundo plano si no se tiene el preciado líquido del agua, tema que se ha trillado desde todos los sectores en el departamento y que se volvió en una necesidad que ya tiene canas, un problema de fondo en La Guajira.

Si los nuevos actores de la política departamental y la manifestación voluntaria popular en el mismo revivió una esperanza con el nuevo gobier-no nacional se hace necesario no cometer los mismos errores, ¿será que nosotros no sabemos pedir?

Las necesidades apremiantes de La Guajira deben exigirse sin miedo y sin hacer apología a la mendicidad por todo lo que el departamento le aporta a la economía colombiana, así mismo, si se restablece la tan necesaria relación comercial con nuestro país hermano Venezuela, los acuerdos binacionales que se hagan, deben realmente favorecer a los departamentos fronterizos y que no sigan siendo un saludo a la bandera, como han sido la mayoría, y para esto, indiscutiblemente, la voz de la ciudadanía, y principalmente la del departamento de La Guajira, debe ser escuchada, y no dejarnos embelesar con estrategias del nivel central que nos distraigan de las soluciones reales a los problemas históricos de nuestra población, por ejemplo, y es mi opinión, que hasta risa me da el celebrar no perder algo que ya era nuestro, el subsidio de la gasolina cuando veníamos librando una batalla política para ampliar su cobertura.

Lo que sí debemos celebrar los guajiros es que se den soluciones de fondo a nuestras problemáticas, y no que siempre se quiera disfrazar con el vestido de la corrupción la evasión de la responsabilidad estatal sobre las necesidades de la población, y en el caso de la gasolina, desconocer la capacidad contributiva y adquisitiva del servicio por parte los usuarios.

Es innegable, y debe ser prioridad en el plan de desarrollo del gobierno del presidente Petro, que por fin se materialice una política integral de Estado para el departamento de La Guajira, atendiendo su ubicación geoestratégica, la diversidad étnica, cultural y medioambiental propias del departamento.

No desgastemos los aplausos en “soluciones” sin solución, trabajemos sin descanso y con valentía por nuestra guajira “El que pide con timidez se expone a que le nieguen lo que pide sin convicción” Robespierre.