Por Leoryis Vanegas Rivera

Hablar de depresión por muchos años ha sido un tabú, cosa de la que aún sigo sin entender el porqué del tabú, el porqué del misterio si es algo tan natural y tan normal del ser humano y no es una enfermedad de moda, incluso en la biblia se menciona que fueron varios de los servidores de Dios que presentaron y manejaron emociones negativas. Como lo manifestó, Ana que se sintió “amargada de alma”, sentimiento que también evoca la “angustia” (1 Samuel 1:10). De la misma manera, el profeta Elías se angustió tanto que le pidió a Dios que le quitara la vida (1 Reyes 19:4).

Para nadie es un secreto que las enfermedades son consecuencia de la rebelión de nuestros primeros padres, así como heredamos de Adán la imperfección, heredamos también las enfermedades físicas y emocionales. No es en vano que Dios indique que “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una sufre dolores de parto hasta ahora. Y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, a saber, la redención de nuestro cuerpo.” (Romanos 8:22 – 23).
Pero de la misma manera, él ofrece una esperanza que no nos puede ofrecer ningún profesional de la medicina: la de vivir en un nuevo mundo pacífico, sin depresión ni ningún otro tipo de trastorno o enfermedad (Apocalipsis 21:4)

Hoy es 13 de enero y se conmemora el día mundial de la lucha contra la depresión y es de los días que pienso que se debe conmemorar todos los 365 días al año por la importancia del mismo, para que un día hablar de depresión deje de ser tabú y se hable de depresión de la misma manera que se habla de una gripa, de un cáncer, de una migraña, de una alergia en fin de las demás enfermedades físicas que a menudo padecemos y que en muchas ocasiones son además el resultado de un mal cuidado de la salud mental.

Se hace necesario y urgente hablar de las enfermedades mentales entre ellas la depresión, crear conciencia que es una enfermedad como cualquier otra, que cualquier persona la puede padecer que es de mucho cuidado y atención como las demás que si no se atiende a tiempo puede tener consecuencias mortales, que no debemos sentirnos mal por padecerlas, por el contrario, asumirla con responsabilidad y tratarla a tiempo y como se debe.

Me atrevo a asegurar que un gran porcentaje de la población, por no decir que toda, así como a lo largo de su vida les ha dado gripa en algún momento de la vida, han padecido de depresión, y ¿saben por qué? Porque es normal en los seres humanos, incluso en muchas ocasiones hemos escuchado frases como las siguientes:

• “Falleció el señor de la esquina y su mascota está triste”.
• “Viajamos, toco dejar el perro y ha pasado cabizbajo”.

No nos extraña que a las señoras y señores les gusten las plantas y hasta les hablan, y en ocasiones dicen: la planta está triste, creo que le falta agua, o le está dando mucho sol, no te me pongas pechichona le dice mi amigo Alejandro a una trinitaria que cuando viaja la encuentra triste y si por él fuera se la llevara a sus viajes.

¿Por qué para los animales y plantas puede ser normal estar triste y para nosotros no? ¿Acaso somos de hierro? Resulta que no somos de hierro, somos seres pensantes con emociones y sentimientos que estamos expuestos a vivir un episodio de depresión en cualquier momento de la vida y así como buscamos remedios caseros para tratar una gripa o cualquier otra enfermedad que en ocasiones hasta nos automedicamos debemos buscar la ayuda para tratar la depresión, que no nos dé pena, decir que estamos tristes, que estamos deprimidos eso realmente no ayuda, por el contrario, empeora la situación.

Debo reconocer que hay algo del sistema que debemos cambiar, ya que el que reconoce estar triste o necesitar ayuda psicológica es tratado o catalogado como loco y así no es, pero si se puede convertir en un loco desesperado sin saber qué hacer si no se trata a tiempo llegando muchas veces al suicidio. Sé que es una problemática a nivel mundial a nivel país que hoy en día se ha convertido en una problemática a nivel local, las cifras y las noticias hablan por sí solas.

Dicen los estudios que curarse de depresión en más fácil que curarse de una gripa, ¿sabes por qué? Porque la cura de la depresión somos nosotros mismos, recuerdo ahora con el Covid, que cuando una persona salía positiva, se hacía el debido aislamiento social, pero se unía en muchas ocasiones las familias, los amigos, los compañeros de trabajo, había una solidaridad, incluso hasta con otras enfermedades, se hacía un cerco solidario a la persona enferma y las familias.

¿Por qué no podemos hacer eso con la depresión y las enfermedades mentales? ¿Por qué no ser más empáticos y solidarios con quien la padece?

En vez de juzgar y señalar y pensar en ocasiones que está así porque quiere, ¿quién quiere estar enfermo? Nadie quiere estar enfermo, de las cosas que más anhelamos en esta vida es la salud, hoy tanto quien padece de depresión como quien no debemos quitar el tabú y empezar a normalizarla, recordar que, sin salud mental, no hay salud física.

La depresión no es más que el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de nosotros nos sentimos de esta manera de vez en cuando durante períodos cortos. Y es normal, ¿entonces porque el mito, por qué el tabú? Por otro lado, La depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más.

Y como interfieren en nuestra vida diaria, incluso en nuestra salud física, es necesario atenderla, es necesario la ayuda de manera prioritaria y urgente porque como una gripa se puede convertir en una pulmonía hasta causar la muerte, la depresión se puede convertir en un trastorno y causar el mismo efecto, para nadie es un secreto que las cifras de suicidios a nivel mundial, nacional y local cada día van en aumento y después de pandemia aún más

¿Qué estamos haciendo para que esto no siga? El Estado y las EPS tienen una responsabilidad, pero nosotros tenemos otra parte porque son nuestros seres queridos, nuestros amigos, nuestros paisanos, nuestros jóvenes, nuestros adultos mayores, los que están cargando con esta enfermedad y que a muchos ha llevado al suicidio y nosotros sin saber qué está pasando ni entender el porqué de la situación que los llevo a eso, quedando entonces son un sentimiento de impotencia y frustración por no haberse dado cuenta, por no haber ayudado.

De la misma manera, como ayudamos o reconocer los síntomas de algunas enfermedades físicas, debemos estar atentos a los síntomas de las enfermedades mentales, en este caso de la depresión, porque en ocasiones tienden a confundirse con comportamientos normales de la vida diaria.

Entre los síntomas de la depresión encontramos:

• Estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces

• Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño

• Alteración considerable en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso

• Cansancio y falta de energía

• Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa

• Dificultad para concentrarse

• Movimientos lentos o rápidos

• Inactividad y retraimiento de las actividades usuales

• Sentimientos de desesperanza o abandono

• Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio

• Pérdida de placer en actividades que suelen hacerlo feliz, incluso la actividad sexual

A veces nosotros o nuestros familiares estamos padeciendo o presentando estos síntomas y lo que hacemos es juzgar, criticar, burlarnos o en muchas ocasiones apartarnos, es que “ella es una a amargada”, nada le gusta, es que “él es un flojo” se la pasa durmiendo, es que él tiene “el cerebro reseco”, no duerme, “vive con una flojera” hay que purgarlo, no le provoca hacer nada, es que ella no se quiere ella misma” se dice bruta todo el tiempo, no se acepta tal cual como es, es qué “parece que estuviera enamorado” todo se le olvida hay que repetirle hasta tres veces las cosas, ahora le llaman depresión, en mis tiempos no había eso, y si había se curaba con la mirada, o con chancleta.

Cuando no entendemos la importancia y el impacto que genera la depresión en la vida de cada persona que la padece encontramos comentarios como estos que lo que hacen es empeorar la situación y que la persona no hable, no busque ayuda, porque va a sentir que no va a ser entendida.

Debemos dejar claro que las enfermedades de salud mental, entre ellas la depresión, sí importan, que los tiempos ya no son los mismos y que es una problemática real que en cualquier momento de la vida puede tocar la puerta de usted, de sus familiares, de sus amigos. No hay salud, sin salud mental, está bien sentirse mal.