“Hambre cero” es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que, en conjunto con los demás, se propone que todos los países afiliados a la ONU lleven a cabo las gestiones que sean pertinentes para terminar con todas las formas de hambre y desnutrición hasta el año 2030; además de hacer lo que sea necesario para garantizar el acceso de todas las personas a que tengan una alimentación suficiente y nutritiva durante todos los días, pero en especial los niños y los más vulnerables.

No hay duda de que eso no es fácil, porque se necesita de disponer de muchos recursos, y varias tareas que van en dirección de asegurar el hambre cero de la humanidad; como la de tener que promover prácticas agrícolas sostenibles mediante el mejoramiento de los medios de vida y las capacidades de los pequeños productores agrícolas.

Todo lo anterior no será posible sin voluntad política, tecnología y mercados, junto con la cooperación internacional para asegurar la inversión en la infraestructura y tecnología necesarias para mejorar la productividad agrícola, en fin, un acuerdo que respeten todos los gobiernos del mundo.

La alimentación de los niños está reconocida como un derecho fundamental por la Constitución y por todos los países de todas las ideologías y sistemas económicos. Es de Perogrullo decir que en los niños está el futuro de la humanidad y que se les debe alimentar bien para que crezcan sanos y fuertes, además para que puedan aprender y producir conocimiento. Un niño con hambre no crece ni estudia.

Pero todo eso parece que fuera letra muerta en La Guajira, si se tiene en cuenta que este año ya han fallecido treinta y nueve niños por pura y física hambre, a pesar de que la Corte Constitucional en la Sentencia T-302 de 2017 resolvió “declarar la existencia del estado de cosas inconstitucional en relación con el goce efectivo de los derechos fundamentales a la alimentación… de los niños y niñas del pueblo Wayúu”, ante el incumplimiento de los parámetros mínimos constitucionales aplicables a las políticas públicas de los gobiernos nacional, departamental, municipal y de las autoridades indígenas. Sin embargo, a nadie le ha importado esa tragedia humana de la niñez Wayúu.

En este contexto y a buena hora se estrena como senador el paisano guajiro Alfredo Deluque radicando un proyecto que propone adicionar un inciso al artículo 65 de la Constitución en el sentido de que ”El Estado garantizará el derecho a la alimentación adecuada y a estar protegido contra el hambre y la desnutrición. Así mismo, promoverá condiciones de seguridad alimentaria y soberanía alimentaria en el territorio nacional”, de tal manera que, independiente de quien esté gobernando, se haga lo que se requiera para cumplir con la obligación de no permitir que alguien pase hambre.

Por otra parte, el Pacto Histórico también tiene interés en el tema del hambre y ha presentado un proyecto de ley “Por la cual se crea el Sistema de Garantía Progresiva del Derecho Humano a la Alimentación, la política nacional de Derecho Humano a la Alimentación y Nutrición Adecuada y de soberanía y autonomías alimentarias, el programa de emergencia de lucha contra el hambre y se establecen otras medidas”, en cuya radicación participó la nueva senadora Martha Peralta, también paisana de estirpe y casta Wayúu.

Las dos iniciativas de los congresistas guajiros van en la misma dirección de la propuesta que hizo el presidente Petro en la asamblea de la ANDI, de crear una “Misión publico privada dirigiendo, y muchísima gente del sector privado rica y no tan rica y hasta campesina, que se pueda enriquecer para lograr hambre cero”, lo cual considero que no solo es necesario, sino urgente.

Ojalá el sector privado atienda esa propuesta, y el Congreso trámite los dos proyectos, que es el mismo criterio internacional de la seguridad alimentaria y nutricional, porque se trata del principal componente requerido para que se logre el desarrollo humano y también de la seguridad nacional, tratándose de un país donde hay gente que pasa hambre y mueren de hambre. Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí...