Si la preservación del actual puente representara un inminente peligro para el usuario nuestro sentido de responsabilidad nos impediría aconsejar su uso.

Por Roberto Gutiérrez Castañeda

Un grupo de Quijotes luchando contra atribuciones atrabiliarias de las autoridades que toman decisiones sin consultar la conveniencia de las mismas, ante la indiferencia y la ignorancia supina de la población, están pidiendo al ejecutivo distrital que se abstenga de autorizar la demolición del  actual puente sobre el Riito.

Interrogantes como:

¿Es necesaria su demolición?

¿Es conveniente desde el punto de vista de la movilidad su desaparición física?

¿Su permanencia afecta el ciclo hidrológico del rio?; ¿terminada su utilidad como vía automotriz, no se le puede dar  usos tales como pasaje peatonal para evitar la confrontación ciudadano de a pie versus vehículo en movimiento o  vitrina para exposición y venta de artesanías autóctonas o mostrador para degustar la gastronomía vernácula?

¿Es su permanencia en el tiempo la razón de su jubilación como si fuera  funcionario de la frondosa e ineficiente burocracia oficial y por ende debe desaparecer del escenario paisajista del entorno?

 ¿Es la presencia del viejo   puente, que en su longevidad muestra su altivez, fortaleza y dignidad, ante la admonición de un esperpento de puente que es un monumento a la improvisación, la falta de planeación la representación gráfica de la consumación de actos burocráticos que obedecen mas a la falta de raciocinio y la avidez mediática de aparecer mencionados en letras de moldes?

Como todo interrogante merece respuesta, nos daremos a la tarea de contestar con nuestra falta de preparación, como algunos honorables representantes y funcionarios, pero interpretando el clamor ciudadano hasta hoy ignorado por las autoridades locales, comentamos:

Si la preservación del actual puente representara un inminente peligro para el usuario nuestro sentido de responsabilidad nos impediría aconsejar su uso; durante la construcción del nuevo puente pasó, varia veces, una tracto camión cargado con una grúa de más de 60 toneladas sin que colapsara y aún con los baches que presenta la superficie de rodamiento los accidentes habidos y por haber son y serán muchos menos que los que se prevén con el desarrollo antitécnico de la geometría de las vías  de acceso y salida del nuevo puente.

Como quiera que se suprime el uso de vehículos automotores y se prevé el uso peatonal y/o de puestos estacionarios de ofrecimiento de servicios la carga sobre el mismo disminuye considerablemente y permite soslayar cualquier temor de traumatismo.  Para lograr esto, el nuevo uso del viejo puente, solo se necesita un acuerdo entre las partes para modificar el acápite y destinación del Item DEMOLICIÓN por REPARACIÓN, REFACCIÓN o como quieran llamarlo.

Su longevidad incide en la disminución de su respuesta a los factores de carga pero no evita su uso racional, por el contrario la pátina de su historia enriquece el imaginario popular como articulador de la confluencia del rio con el mar, el mare Nostrum, donde nació el poblamiento del territorio y la simbiosis de las diferentes etnias territoriales.

En el futuro ese viejo puente será el dedo que señalará la incuria de unos personajes que quisieron entrar en la historia pero su miopía y desmedida ambición no les permitió hacerlo por el frente sino por la puerta  de atrás. Si ellos, gobernantes y dirigentes, lo hubieran sido de los territorios europeos hubieran derruido el Coliseo romano, la torre Eiffel de París, el puente sobre el rio Támesis de Londres, la Acrópolis de Atenas, El Escorial de España.

Gracias debe dar Cartagena que no gobiernan allá porque hubieran tumbado sus murallas.

En nuestra tierra son pocos los Don Quijote luchando por un ideal, pero son muchos los Sanchos que montados en sus jumentos buscan su Isla Barataria para llenar los sacos de su ambición.

Si desoyendo la voz de la población se realiza el historicidio del viejo puente sobre el Riíto a sus protagonistas les cabe la sentencia legal universal que establece: “Quien es causa de la causa, es causa del mal causado”. Y, por tanto, deben responder.