El viceministro guajiro, Camilo Iguarán, participó activamente en la organización y desarrollo de los juegos.

La música y algarabía se tomaron el Coliseo del Parque Recreodeportivo El Salitre por el cierre de los Juegos Parapanamericanos Juveniles, el crepúsculo de un nuevo evento multideportivo en Colombia fue la rúbrica perfecta para demostrar la capacidad, entereza, fortaleza y espíritu deportivo de los 739 atletas de todo el continente que se reunieron en la capital de la República. 

Camilo Iguarán Campo, viceministro del Deporte

Con un desfile de cada una de las 20 delegaciones, representadas por su abanderado comenzó el bullicio. El grito de “Colombia, Colombia” se hizo frecuente en las graderías, mientras el ruido ensordecedor de los aplausos inundó el escenario. Felicidad y emoción pura para destacar el trabajo realizado por la organización y los atletas.  

El Gobierno del Cambio cumplió. Muestra de ello fue el aporte realizado por 17.500 millones de pesos para este certamen y de 564 millones para los embajadores de Colombia potencia de la vida, que tanto nos llenaron de orgullo. Al cierre del evento la ministra del Deporte, resaltó el trabajo realizado por todos los para atletas del continente que estuvieron presentes en Bogotá y aseguró que el deporte paralímpico es sinónimo de igualdad, equidad y accesibilidad. Así mismo, agradeció el trabajo de los voluntarios, personal técnico y todos los profesionales que hicieron posible el desarrollo del certamen.

Fueron 10 días, en los que las zancadas, goles, clavadas, saltos, braceos y lanzamientos hicieron vibrar a un país entero. Los ojos del deporte paralímpico se posaron sobre Bogotá, que no defraudó y le cumplió a cada uno de los países que dijeron presente. 

La fuerza inquebrantable de los participantes fue uno de los ingredientes claves para que estas competencias tuvieran una pizca de magia, en las que no solo Bogotá pasó a la historia, al convertirse en la primera ciudad en organizarlas por segunda ocasión, sino en las que demostró la capacidad de cada uno de sus atletas, que llevaron a la delegación a coronarse como campeona.

Colombia celebró, por lo alto, lo realizado en las competencias: su resumen deportivo se vio reflejado en un total de 106 medallas, 52 de ellas doradas, 30 de plata y 24 de bronce, números con los que superaron a delegaciones como Argentina y México, que completaron el podio. Fue una participación memorable la que tuvieron los atletas nacionales, que se subieron a lo más alto del podio en cinco deportes.

El para atletismo fue el que mayor cantidad de alegrías le brindó al país, al terminar con 24 oros, seguido de para natación, con 20, para tenis de mesa y para powerlifting, con tres, mientras que boccia cerró la lista con dos. Con este resultado, la delegación superó la participación nacional en ediciones previas como Buenos Aires 2013, evento en el que finalizó con 12 primeros puestos y en Sao Paulo 2017, donde cerró con 47 metales dorados. 

Bogotá fue una ciudad donde el talento paralímpico de la región brilló 2.600 metros más cerca de las estrellas, en la que los atletas tuvieron la oportunidad de fortalecer su desarrollo deportivo y así fortalecer sus habilidades atléticas, establecer relaciones sociales y fomentar sus valores.